miércoles, 22 de febrero de 2012

El cuerpo nos delata

Penoso o miedoso, feo o bonito, rico o pobre, inculto o doctor. El humano, ser tímido y carente de valor, se encierra en su propia personalidad. Nadie lo ve ni conoce. Cada actitud es un reflejo: una mirada y una sonrisa, un movimiento y un sonido. En fin describir al cuerpo es como darle la vuelta al mundo. En sus actitudes hay flojera indescriptible, mares de pena e infinita inseguridad, la personalidad de un gatito. El cuerpo que nos habla, nos dice más que mil palabras, el cuerpo es como un mar picado, no se deja conocer, no se deja analizar.
El mexicano tiene una personalidad reservada, “cobarde”. Un hombre cobarde es el que no tiene “los huevos” de ser quien realmente es, de poca confianza, sin valor como persona, sin personalidad. El miedo es un recurso de nuestra desconfianza. Muestra que tanto nos afecta el exterior y nos hace caer en el fracaso.

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